martes, mayo 23, 2006

Rumbo al Festival Nacional de Teatro


Entre 1959 y 1993, es decir 35 años, hemos visto la aparición de tan solo 7 eventos de orden nacional que agrupen bajo un mismo título la actividad de las instituciones teatrales del país.

En 1959 el Ateneo de Caracas, conjuntamente con el sector teatral comienza la aventura de realizarlo por primera vez, seguidamente se incorporan diferentes esfuerzos institucionales para lograr su materialización, sean estos de origen gubernamentales: Gobierno del Distrito Federal, Pro Venezuela, INCIBA, CONAC, FUNDARTE, Presidencia de la República, Concejo Municipal del Distrito Federal, como organismos del sector organizado: Ateneo de Caracas, Federación Venezolana de Teatro, Asociación Venezolana de Profesionales de Teatro – AVEPROTE.

  • I Festival de Teatro Venezolano (1959)
  • II Festival de Teatro Venezolano (1961)
  • III Festival de Teatro Venezolano (1966 – 1967)
  • IV Festival de Teatro Venezolano (1978)
  • V Festival Nacional de Teatro (1982)
  • VI Festival Nacional de Teatro (1983)
  • VII Festival Nacional de Teatro (1993)

Varias de estas ediciones fueron acompañadas de congresos y eventos, las presentaciones generaron polémicas en algunos casos; particularmente el del 1993 realizó más de 150 presentaciones en 18 salas de nuestra ciudad capital y diversos espacios no convencionales, asistieron a la cita 57 agrupaciones nacionales con propuestas para el público Adulto e Infantil y tuvo una pequeña participación de compañías internacionales, además de un Congreso Nacional de Teatro y otras actividades importantes en materia teatral; lo que hace de esta edición una de las más valiosas en la historia de su realización, la cual estuvo organizada totalmente por el CONAC.

Otra observación de suma importancia es la presencia en todas sus ediciones del Maestro Gilberto Pinto, destacado e importantísimo hombre de teatro: formador, director, escritor y luchador de manera incesante, lo que lo convierte en la memoria viviente de todos esos eventos como gran protagonista y de tantos otros que se realizaron a nivel regional de forma paralela a los eventos destacados como nacionales.

Datos importantes para la reflexión de estas siete ediciones, podrían ser que todos ellos se realizaron en Caracas, se cobraba entrada para los espectáculos en sala y en su mayoría, con excepción del realizado en 1993, participaban solo obras dramáticas escritas por autores venezolanos.

Ahora bien, para realizar un festival nacional en el 2006, es decir 47 años después de su primera edición, nos asiste observar el pasado con una intención de proyección para su conservación; podríamos llegar a un punto de discusión sobre el nombre, sus características, las condiciones de participación y todo aquello que garantice la gran posibilidad que tenemos de rescatar un evento de unidad nacional y con la maravillosa intención de mantener su continuidad, garantizando su perfectibilidad en el tiempo.

Este no será el primero, tampoco el que va ir seguido de otro al año siguiente o el que siempre va a ser así de por vida; pretendemos que sea el que debemos hacer todos los años y recordarnos que nuestro país es un territorio para la conquista teatral de sus grupos, que tiene una geografía humana, tan importante como la de Caracas, que podamos ver nuestras fortalezas en nuestra intención como artistas antes todas las dificultades, que podamos enfrentar artísticamente a este amplio país en el cual debemos hacer vida teatral e impulsar la necesidad del teatro como herramienta social y cultural de transformación.

Pese a todo, el festival va y tiene su propia misión: crecer en el tiempo y garantizarles a los hombres y mujeres de teatro, junto a nuestros habitantes la posibilidad de encontrarnos con nosotros mismos, reconociéndonos en un mismo escenario.