PENITENTES de Elio Palencia
Reparto
Muchacho: Delbis Cardona
Cura: Ludwig Pineda
Tipo Joven: José Gregorio Martínez
Ficha Artística
Diseño de escenografía: Valentina Herz
Realización de escenografía: Adolfo Salaverria / Yannis Wolf
Diseño de vestuario: Omar Borges
Realización de vestuario: Elizabeth Suárez
Impresión textil: Carlos Riera
Diseño de iluminación: Darío Perdomo
Diseño gráfico y fotografía: Lester Arias - Vizcuña
Asesoría actoral: Diana Volpe
Asistente de dirección: Andreina Rodríguez
Producción Artística: Coco Seijas
Producción General: Juan Carlos Azuaje
Selección musical y dirección general: Costa Palamides
PENITENTES es una puñalada desde el margen. En un país hambriento de revolución y justicia, los marginados apuestan por la utopía. Podemos cambiar la vida desde el arte, las aulas, los púlpitos pero también desde las rejas o las calles. ¿Por qué no? La utopía no tiene límites. El teatro, en su loco devenir, trata de poseerla y convertirla en un cuadrilátero de púgiles desvastados. Desde esa perspectiva, podemos convertir un cuarto de hotel en un tablero de ideas políticas, la cárcel en un descubrimiento de relaciones y la discoteca en una pugna bilateral. Todo es posible en el teatro, paraíso utópico de los apartados, los del otro lado, los marginados.
Muchacho: Delbis Cardona
Cura: Ludwig Pineda
Tipo Joven: José Gregorio Martínez
Ficha Artística
Diseño de escenografía: Valentina Herz
Realización de escenografía: Adolfo Salaverria / Yannis Wolf
Diseño de vestuario: Omar Borges
Realización de vestuario: Elizabeth Suárez
Impresión textil: Carlos Riera
Diseño de iluminación: Darío Perdomo
Diseño gráfico y fotografía: Lester Arias - Vizcuña
Asesoría actoral: Diana Volpe
Asistente de dirección: Andreina Rodríguez
Producción Artística: Coco Seijas
Producción General: Juan Carlos Azuaje
Selección musical y dirección general: Costa Palamides
PENITENTES es una puñalada desde el margen. En un país hambriento de revolución y justicia, los marginados apuestan por la utopía. Podemos cambiar la vida desde el arte, las aulas, los púlpitos pero también desde las rejas o las calles. ¿Por qué no? La utopía no tiene límites. El teatro, en su loco devenir, trata de poseerla y convertirla en un cuadrilátero de púgiles desvastados. Desde esa perspectiva, podemos convertir un cuarto de hotel en un tablero de ideas políticas, la cárcel en un descubrimiento de relaciones y la discoteca en una pugna bilateral. Todo es posible en el teatro, paraíso utópico de los apartados, los del otro lado, los marginados.
COSTA PALAMIDES
posted by jcazuaje @ 1:13 p. m.
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